Ayer fui a Tacna, con Tom y Bob, mucha cerveza, los acompañé a comprar y almorzamos en El Gran Chimú, todo muy bien. La ciudad como siempre llena de negocios y gente trabajando. Muchísima gente cruzando la frontera en la mañana, parece que este año tendrán harto turismo de chilenos. Espero ir algún viernes -cuando no cierran la frontera- a principios del próximo mes con el Tomás Jr. a ver si me junto con unos amigos de allá para unas pocas cervecitas.
Cuando hablan de energías renovables no convencionales y de ampliar su uso hasta un 10% o 20% del consumo nacional, no tienen mucha idea de lo que eso significa. Las necesidades de consumo en Chile no son para iluminar las casas o prender la tele sino principalmente para la Gran Minería del cobre y otros usos industriales asociados.
Los números: Chile consume actualmente unos 50.000 GW/h, hace un tiempo escribí
como se compone nuestra matriz de generación. Con el actual precio astronómico del cobre, se esperan grandes inversiones nuevas que aumentarán las necesidades de consumo cerca del 40% o sea se necesitarán unos 20.000 GW/h adicionales.
Las principales formas de generar energía renovable no convencional son, en orden de factibilidad, las siguientes: hidroeléctricas, eólicas, fotovoltaicas, termosolares y mareomotriz.
La hidroeléctrica es la más antigua y eficiente de todas, usa el agua almacenada en una represa y la fuerza de gravedad o, en el caso de las centrales de paso, la corriente de un río. Los problemas son la escasez de lluvia y los cambios a terrenos y especies animales que se producen al hacer una represa. Donde hay lluvias abundantes son la mejor de todas las opciones para generar electricidad, porque no emiten ni un miligramo de material contaminante. Una gran represa puede generar enormes cantidades de electricidad (Niagara, Itaipu, etc.), las centrales de paso en cambio (como nuestra central de Chapiquiña) son muy limitadas en capacidad.
La eólica -al depender del viento- es irregular, su suministro no es continuo. Su capacidad es limitada, el tamaño típico de estas plantas es de 23 a 25 MW y no trabajan a plena carga todo el tiempo. Son ruidosas, los costos de instalación y mantención son altos y parece una tecnología madura sin espacio para crecer significativamente en el futuro.
La fotoeléctrica es buena alternativa solo cuando se necesita poca energía porque su rendimiento es extremadamente bajo. Hasta donde yo se, ninguna central generadora de fotoelectricidad de potencia en el mundo ha sido exitosa, algunos intentos experimentales como el español se terminaron desconectando con grandes pérdidas de los subsidios. Sin embargo es una buena alternativa para electrificación rural y en lugares donde no llega la electricidad de potencia. Para centrales generadoras de 1 MW o más no son factibles.
La termosolar, consistente en calentar un líquido con la radiación del sol, producir vapor y hacer girar una turbina, tiene el mismo problema que la eólica porque no se puede acumular Aun se encuentra en su etapa experimental, usando nitrato para almacenar el calor durante la noche. Hay un proyecto de colocar una planta de este tipo en Arica. No se sabe todavía si en algún momento llegará a ser rentable.
La mareomotriz tiene problemas similares a la eólica y termosolar: es irregular y limitada: para producir electricidad de potencia en grandes cantidades se necesitarían instalaciones enormes que probablemente no cabrían en el espacio disponible, parece ser una tecnología madura y con poco potencial de crecimiento.
Si uno lee la propaganda de los que venden estas plantas, cada una de ellas es la solución de los problemas de electricidad en el mundo, la realidad es muy distinta: exceptuando las centrales hidroeléctricas ninguna de las demás tiene capacidad potencial para hacer aportes importantes: algunas tecnologías ya son maduras (eolica, fotovoltaica) y no ofrecen mucho más, las otras (termosolar especialmente) todavía están en fase experimentaly no se sabe todavía cual es su potencial. Todas tienen en común que son relativamente carísimas.
Durante el gobierno de Frei Ruiz Tagle se cometió el mega error de desinvertir en hidroeléctricas para hacer enormes inversiones en el gaseoducto hacia Argentina. Nadie tenía una bola de cristal para saber que la estabilidad de Argentina en esos años no iba a durar, fue una apuesta y se perdió, igual que las grandes inversiones que se hicieron. Esa es la razón que ha obligado a hacer muchas centrales de carbón para suplir las necesidades que van apareciendo.
Invertir en estos momentos en tecnologías caras, inmaduras o de poco potencial solo por darle el gusto a los ambientalistas sería el segundo error estratégico, tan grande como el que cometió Frei, no creo que sea buena idea cometer dos errores al hilo sobre lo mismo. Me parece obvio que hay que hacer Hidroaysen y buscar más lugares con potencial hidroeléctico, que es la alternativa natural para Chile. Lo que es yo haría una campaña Patagonia con represas ahora mismo.
Parece que el gobierno está apoyando de manera más o menos tímida las represas, bien por eso. ojalá tuviese pantalones para apoyarlas abiertamente y explicar por que son necesarias. Y ojalá los ambientalistas se dieran cuenta que por lo que realmente vale la pena pelear es por la eficiencia energética: uso masivo de LEDS, mejora de procesos industriales, más uso de cal en la lixiviación minera, etc.
Pero esas cosas no dan plata ni notoriedad política, así es que seguramente seguirán con el discurso básico y fácil de oponerse a todo lo que hagan las grandes empresas. Eso si que da plata. Hasta mañana.
P.D.
Después de tanto escribir tonteras sobre la economía del agua en Arica, en mi artículo de La Estrella de hoy lo pude resumir la cosa en solo 1600 caracteres, mucho mejor que con todo lo que escribí antes, miren:
La tragedia de los comunes
El problema del agua en Arica es apremiante y muestra un perfecto ejemplo de lo que en economía se conoce como "Tragedia de los Comunes". El acuífero de Azapa es un bien común y finito, pero los agricultores necesitan o desean agua en cantidades infinitas, tienen derechos por más agua de la que existe y -como si fuese poco- quienes no tienen derechos extraen grandes cantidades desde pozos ilegales sin que nadie los controle.
Si no se pone límite a la agricultura en el territorio más árido del planeta un déficit mayúsculo es inevitable.
El consumo de agua potable, de unos 10 millones de metros cúbicos por año, se mantiene constante desde 1990 hasta hoy, y eso es lógico, pues la población también se ha mantenido estable.
Lo que sube cada año son las pérdidas subterráneas pues más del 40% del agua producida se está perdiendo, fracturando los pavimentos y quebrando casas.
Pero la demanda que crece sin control es la de agua de riego (mínimo 779 lt/s). Eso es lo que tiene en peligro la carga del acuífero. No es difícil darse cuenta que existe una demanda incontrolada por un recurso que se obtiene gratis. Lo lógico es pensar es que la demanda crecerá hasta que ocurra la tragedia de los comunes: el acuífero seco y los agricultores en la ruina.
Si las autoridades actúan sobre el problema equivocado –el agua potable- en pocos años más estaremos con el acuífero seco y la ciudad dependiendo totalmente de una planta desaladora que convierte electricidad en agua. Y gracias a eso pagaremos el agua potable cada día más cara, conforme suba el precio de la energía