Existen peguntas que son viejas como la humanidad y nunca han sido resueltas: la cuadratura del círculo, que había antes del Big Bang, quienes somos, de donde venimos, adonde vamos y cuantos pares son tres moscas. Estas preguntas dan tema para interminables conversaciones de borrachos, pero de todas hay una que es trascendente y fundamental por sus consecuencias prácticas:
¿puede existir solo amistad entre un hombre y una mujer?.
Por el NO, muchos dicen que es imposible que un hombre y una mujer sean amigos, todo hombre que se precie de tal intentará llevar a la cama a sus amigas cada vez que tenga la oportunidad. Según esta corriente filosófica los únicos que pueden tener amigas mujeres son los peluqueros homosexuales. Los negadores, como podríamos llamarlos, afirman que el instinto de caza es innato en todos los hombres normales y por eso no puede existir amistad entre hombres y mujeres.
La otra corriente filosófica es afirmativa, dice que perfectamente un hombre y una mujer pueden ser amigos y llevar una relación que no involucre intenciones de sexo ni romance, sino pura amistad, para ayudarse, contarse las penas y pedir favores. Los afirmativos piensan que la amistad por si misma es agradable y que tal como se puede pasar un buen rato emborrachándose con un amigo -que es la expresión más profunda de amistad entre los hombres- también se puede hacer lo mismo una mujer, la cosa es no tener que tomar solo.
Las mujeres también son afirmativas o negativas, a muchas mujeres les encanta decirle a un tipo "te quiero como amigo" sabiendo que el pobre anda como piedra de curanto y empeñaría hasta su querido auto con tal de poder acostarse con ella. Es una situación curiosa de la cual muchas mujeres disfrutan. Creo que todos los pobres hombres hemos sido víctimas alguna vez de esa clase de sadismo, que es alimentada cuando la "amiga" le cuenta los detalles más escabrosos de su vida íntima sin dejar que le toquen una mano.
Hoy mismo leí un comentario de una chica de la corriente negativa en Internet, que decía "o este tipo es gay o yo soy horrible", bueno, solo puedo decir que me alegro que no solo a nosotros, los nobles y sufridos hombres, nos pasen esas cosas.
Pero bueno, muchas generalidades y yo todavía no les entrego mi docta opinión. Aquí voy:
Cuando yo era un jovenzuelo, y desde que tuve los medios -es decir ya no era muy joven que digamos- tenía la loca idea que uno debía tener sexo con todas las mujeres posibles: gordas, flacas, lindas, feas, jóvenes, viejas, inteligentes, tontas, daba lo mismo. Como -afortunadamente- empecé bastante tarde, lo más importante era hacer currículum. Si me criticaban por el mal gusto yo decía "bah, si es para el currículum".
En esa situación, la amistad con cualquier mujer era solo un medio para llegar a un fin mucho más noble y elevado: el currículum. Es decir yo era negativo, un convencido que no podía existir amistad entre un hombre y una mujer de ninguna manera.
Con el paso de los años el asunto se empezó a poner complicado. Especialmente porque conseguir sexo cuenta plata y -aparte de unas pocas ventanitas de prosperidad- mi vida de flojo siempre transcurrió en medio de largas temporadas de vacas flacas, hasta el día de hoy.
Cuando jóvenes a las mujeres todavía no se les desarrolla el instinto de nido, que consiste básicamente en cambiar sexo por dinero o seguridad, toda mujer pasados los 20 años tiene el instinto de nido tan bien consolidado que si le dan a elegir entre una billetera o el príncipe azul no vacilan un milisegundo en escoger la billetera.
Pero bueno, me estoy apartando del tema. La cosa es que llegó un momento que abandoné la teoría del currículum, por costosa y porque me traía puros problemas, y si hay algo que aborrezco es tener problemas. Desde entonces -a riesgo que me digan peluquero homosexual o lo que sea- empecé a tener amigas.
Y me dí cuenta que era más o menos lo mismo que antes, aunque ahora no me siento obligado a hacer currículum y -lo más importante- ya no hago el ridículo a cada rato con fallidos intentos que al final ni me interesaban. Al fin y al cabo a mi nunca se me pasó por la cabeza dejar a mi mujer así es que lo del currículum me traía puros problemas.
Eso no significa que algunas veces no quiera acriminarme con alguna amiga, pero hay una gran diferencia porque no tengo ninguna obligación de actuar en consecuencia, además los delitos de pensamiento no existen así es que todos felices.
La cosa es que desde que dejé de preocuparme por el currículum soy un tipo feliz, incluso disfruto de la compañia de mis amigas calienta-aguas que se desesperan porque ni me preocupo por darles su merecido, se sienten feas y que están perdiendo sus poderes de seducción lo que a mi me divierte mucho, porque de peluquero y fleto no tengo nada.
Pero también encontré otra ventaja, he tenido amigas tan geniales como algunos de mis mejores amigos y hemos pasado por un montón de aventuras y chascarros impublicables que guardo entre mis mejores recuerdos, excepto cuando alguna se va de tollo, pero en fin, esos son detalles. Hasta mañana.